Aunque su muerte se viene pronosticando desde hace años, una serie de anuncios recientes parece indicar que finalmente los días de la caja de cambios manual están contados: Mercedes-Benz confirmó hace algunos días que comenzó un plan para abandonar esa tecnología a nivel global mientras que Volkswagen planea dejarla atrás definitivamente en 2030. En cada vez más países, siguiendo la tendencia de Estados Unidos, los automóviles con cajas automáticas son la inmensa mayoría y las nuevas generaciones aprenden a conducir sin caja manual… ¿llegó la hora de despedirse de la palanca de rebajes?
Se trata, sin dudas, de un tema que despierta la emotividad de muchas personas. El periodista estadounidense Ian Bogost escribió hace algunos días una suerte de elegía para la caja automática en The Atlantic: «Cuando sólo tengamos vehículos automáticos habremos perdido algo del arte del manejo. Quienes aprenden a manejar ‘todo el coche’ disfrutan más conduciendo y lo hacen mejor. Usar caja de cambios manual no es sólo una fuente de placer o una forma de perfeccionar el manejo: también es menos probable que un automóvil manual sea robado si menos personas saben cómo conducirlo, es más barato y tiene menores costos de operación y mantenimiento. Puedo arrancar un auto manual si la batería se agota, por lo que es menos probable que se quede atascado en algún lugar, y puedo usar la palanca más fácilmente para frenar con el motor, lo que reduce el desgaste y hace que descender colinas sea más fácil y seguro”.
“Lamentar el final de la transmisión manual es elogiar mucho más que cambiar de marcha. Cuando las cajas manuales mueran perderemos algo importante: la comodidad de saber que todavía hay un dispositivo esencial para todos los días que realmente puedes sentir en funcionamiento. Es el legado de que los humanos y las máquinas realmente pueden comunicarse… la palanca de cambios es una forma de esperanza, pero es una que pronto habremos dejado atrás”, concluye el escritor.
Lo cierto es que, tal como dejan entrever sus conmovedoras líneas, se trata de un viejo debate que no parece que vaya a solucionarse en el terreno deliberativo clásico porque defensores y adversarios de cada postura rara vez se enfrentan con argumentos racionales sino que estamos en el terreno de los gustos e, incluso, de lo emotivo.
No importa que alguien explique que la caja automática es más cómoda o segura en las calles, los fanáticos de la caja manual dirán que el verdadero manejo es con el control de los cambios. Y, en la vereda de enfrente, los que aman su caja automática aseguran que no hay vuelta atrás una vez que quien conduce se olvida de usar la palanca para los rebajes.
Lo cierto es que, más allá de la tradición o la innovación, en la actualidad elegir entre estas modalidades también es una cuestión de bolsillo: quienes conocieron la caja automática en un auto alquilado en unas vacaciones, por ejemplo, tal vez no puedan acceder a ellas a la hora de comprar un cero kilómetro. Pero si todas las automotrices deciden seguir el camino de Mercedes-Benz y Volkswagen y abandonan la producción de modelos con transmisión manual quizá en poco tiempo no habrá opciones para elegir y los tiempos de la palanca de cambios que reinó en el siglo XX queden atrás… ¿será alguna vez una pieza de museo?
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