Para vos que querés a tu auto y lo cuidás al máximo, armamos esta guía con los puntos fundamentales para adelantarte a una visita al mecánico.
Qué señales hay que tener en cuenta para saber si es hora de visitar a tu mecánico amigo
Lo más importante es que revises la suspensión, los amortiguadores, los frenos y los neumáticos.
Si sentís un rebote excesivo cuando pasás por un bache o alguna irregularidad en el asfalto, prestá atención. Una manera fácil de chequearlo es apoyarse sobre la carrocería y empujar hacia abajo en cada rueda. Si la suspensión está bien, el auto debería volver a su posición original sin rebote.
Si notás algo raro cuando tomás curvas o frenás fuerte, puede ser una señal de que el sistema de amortiguación está teniendo problemas. Si escuchás algún ruido que te parece extraño, no dudes en acercarte a ver a tu mecánico de confianza: puede ser que la suspensión esté dañada.
Si ves que hay un desgaste anormal en los neumáticos, puede ser que la presión no esté bien. Lo correcto es que se desgasten de forma pareja, no más hacia el centro o los bordes.
Si al tocar el freno sentís que “chillan” las pastillas, es muy probable que se hayan cristalizado. Tenés que controlar que no haya pérdida de líquido de freno.
Si el pedal de freno está demasiado duro, es otra señal a tener en cuenta. Puede significar que hay una falla en los cilindros traseros, o incluso puede hacer falta un reemplazo. El tablero también te va a ayudar a indicar si hay que cambiar las pastillas de freno.
La VTV es muy útil para detectar movimientos en todo el tren delantero. Si no te toca renovarla, el chequeo se puede hacer en cualquier taller mecánico. Si tu auto está asegurado con iúnigo tenés chequeo y revisión gratis, y descuento en mano de obra si necesitás arreglar algo. Podés descargar tu voucher en la sección “Descuentos” de la app.
Otros signos a tener en cuenta en relación a los frenos son: si el pedal parece más bajo que lo normal, si sentís que vibra o que tenés que pisarlo más a fondo para frenar. En cualquiera de estos casos, date una vuelta por tu taller de confianza.
Recordatorios útiles
Si bien va a depender de cuánto y cómo uses el auto, no te olvides de dos controles fundamentales:
Control de la medición de fluidos: Roberto Villagrán, un “mecánico amigo” que nos pasó algunos de estos tips, recomienda que aproximadamente cada 10.000 kilómetros, hagas un cambio de filtro de aire y de aceite.
También tenés que controlar el líquido de freno y el agua. Según el uso que le des, te va a convenir acercarte a un taller.
Control de alineación y balanceo: Esto también se recomienda hacer cada 10.000 kilómetros. Sirve para detectar que las cubiertas no se desgasten, entre otras cosas. Vas a poder alargar la vida útil de tus neumáticos y manejar con más tranquilidad y confort. El chequeo tarda aproximadamente tres horas.
Muy útil.,muchas gracias!