Es, sin dudas, la palabra de moda: ¡todos los días escuchamos alguna noticia sobre el “metaverso”! Pero… ¿sabemos a qué se refiere? Se trata de un desprendimiento del cruce de diferentes avances como la realidad virtual, la realidad aumentada, los avatares 3D y las posibilidades del streaming en alta calidad de audio y video, entre otros.

Es un espacio en el que las personas interactúan a partir de representaciones de sí mismos que pueden o no guardar relación con sus aspectos en la realidad analógica y en entornos que pueden parecerse a nuestra oficina, a un recital multitudinario o la superficie de un planeta desconocido.

Los entusiastas del metaverso aseguran que será la manera de liberar nuestra existencia digital de los límites que impone nuestra tecnología actual, en donde todo sucede en las dos dimensiones de una pantalla. Mark Zuckerberg, CEO de Meta, habló de recuperar nuestra libertad de movimiento en una Internet corpórea que permita conexiones interpersonales más profundas en un entorno social en el que interactuamos con otras personas. La propuesta, sin dudas, es tentadora pero también despierta muchas dudas porque la tecnología de realidad aumentada lleva tiempo tratando de instalarse y, si bien tiene usos atractivos, nunca tuvo el despegue imaginado. 

La movilidad en el metaverso

Si el metaverso planea cambiar la manera en la que trabajamos, nos entretenemos y hasta nos relacionamos con los demás… ¿cómo será la movilidad en este entorno? Esa es la pregunta que guía a decenas de compañías que están intentando comprender cómo puede encajar la industria automotriz y la pasión por los autos en el futuro.

El proyecto que picó en punta es Holograktor, el primer automóvil diseñado para el metaverso. Creado con la tecnología True AR, es una propuesta de transporte compartido que nos puede llevar a diferentes direcciones junto con otros pasajeros en una experiencia inmersiva que promete la combinación perfecta entre lo analógico y lo virtual.

Se trata de la experiencia de estar en un automóvil de apariencia muy moderna y lujosa pero con las nuevas capacidades del metaverso, como un nivel de comodidad único, un manejo que puede estar a nuestro cargo o ser autónomo y ventanillas con realidad aumentada que permiten interacciones únicas.

Con VR Remote Control, un conductor calificado opera Holograktor de forma remota desde una estación de conducción compacta. Los pasajeros pueden relajarse con la comodidad de que un conductor profesional controle el automóvil mientras disfrutan de total privacidad. Todo está, además, personalizado: el vehículo aprende tus rutas, hábitos y preferencias para anticipar tu próximo viaje utilizando redes neuronales.

Con menos lujos pero con modelos más accesibles, Fuego HD es el primer concesionario de automóviles virtuales: Metaverse Motors es una iniciativa que vende vehículos de alta gama con una firma de tecnología NFT que vuelve única a cada unidad e imposible de copia. Cada vehículo tiene su propio Token ID estampado en una suerte de patente que es la prueba de su autenticidad dentro de la Blockchain de Ethereum.

Y esto es sólo el inicio: seguramente pronto aparezcan nuevas posibilidades y alianzas, ya que razones no faltan. De acuerdo con la consultora Wildbytes, el metaverso es un negocio global que valdrá 800.000 millones de dólares en 2024.

 

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