Los chequeos periódicos de tu auto nunca deben pasarse por alto, ya que son vitales para circular seguras. Pero además de ellos, para prevenir y mantener tu auto, te vamos a compartir qué puntos podés verificar vos y qué “síntomas“ te pueden estar advirtiendo que necesita pasar por el taller.
A diferencia de los servicios más profundos (cambio de filtros, estado de frenos, de suspensiones, etc), conocer estos chequeos y saber advertir algunos “síntomas“ del auto te permitirán sumar seguridad e independencia, y ahorrar tiempo y dinero. ¡Tomá nota!
Neumáticos
Es importante que te asegures que estén en buen estado. Miralos en detalle. ¿Su dibujo tiene la profundidad adecuada? Una forma sencilla de saberlo es introducir una moneda de dos pesos dentro de alguna de las canaletas del dibujo. Si podés ver el borde plateado tenés que considerar su reemplazo en el corto plazo. Y tené en cuenta que sus materiales tienen una vida útil. Por más que tengan la profundidad correcta, se recomienda reemplazarlos a partir de los 5 años de la fecha de su fabricación. Ya que el caucho pierde las propiedades.
¿En qué fecha se fabricó? En el flanco del neumático vas a ver cuatro números. Los dos primeros indican la semana de fabricación, y los dos siguientes el año; un 2318 corresponderá a la semana 23 del año 2018.
Luego, con los neumáticos en frío, chequeá que tengan la presión indicada por el fabricante. Este dato lo podés encontrar en el manual del auto, en el marco de la puerta o en la tapa del combustible. Ah! Y no te olvides de hacer lo mismo con la rueda de auxilio.
Y para saber si es necesario pasar por la gomería para alinearlo o balancearlo, poné atención a estos puntos: si cuando circulás en una recta “tira” para un lado, es decir, tiende a moverse hacia la izquierda o la derecha. O cuando vas en línea recta el volante no está centrado. O incluso ves un desgaste excesivo e irregular en alguno de los neumáticos. Te está advirtiendo que es necesario alinearlo. Al igual que siempre se aconseja revisar la alineación si sufriste algún golpe fuerte en las ruedas.
Mientras que si el auto está mal balanceado, a ciertas velocidades, vas a sentir que vibra el volante o que hace ruidos extraños. No es necesario hacer estos servicios juntos. Según el diagnóstico sabrás cuál tenés que realizar. hacer uno de los dos, o los dos en conjunto.
Niveles de los fluidos.
Para este chequeo colocá el auto en una superficie plana y el auto debe estar en frío. Abrí el capó y verificá que los distintos fluidos estén bien. Y de no ser así agregá lo necesario. También mirá el nivel del agua del sapito (limpiaparabrisas).
Estado de las Escobillas.
La limpieza del parabrisas resulta clave para lograr una buena visibilidad durante cualquier viaje. Y en esto las escobillas juegan un papel fundamental. Si bien suelen pasar desapercibidas y recién se les da importancia cuando fallan, es clave que barran bien la lluvia o cualquier suciedad que se presente. ¿Cómo podés advertir si es momento de cambiarlas? Si al activar el limpiaparabrisas notás que algunas zonas siguen sucias, que al funcionar hacen ruido o que están rayando, esto quiere decir que las escobillas están desgastadas, tenés que sustituirlas cuanto antes. Además, revisá el líquido del “sapito“ para garantizarte que esté ok.
¿Es bueno utilizar jabón neutro en el agua del sapito? Sí. El jabón líquido neutro y los productos desarrollados para tal fin facilitan el accionar de las escobillas. Y tené en cuenta que no se recomienda agregar detergente o productos de limpieza domésticos, ya que si bien pueden sumar en la limpieza, resecan las escobillas y afectan su vida útil.

5 chequeos que podés hacer vos misma antes de salir a la ruta
Luces
Probá que todas funcionen y estén limpias, desde las altas y las bajas hasta las de guiño y marcha atrás, entre muchas otras. Además, si notas que en la ruta suelen hacerte luces altas y no entendés por qué, quizá sea porque las tuyas están mal reguladas. Podés verificar este punto de la siguiente manera:
- Antes de comenzar chequeá la presión de los neumáticos. Ya que debe estar nivelado.
- Estacioná el auto en una zona llana y con una pared en el frente, a unos 30 o 40 centímetros de distancia.
- Encendé las luces y marcá en la pared la zona de mayor iluminación. Dibujá una marca en forma de T en la zona que se encuentra más iluminada de cada óptica. Te recomendamos utilizar cinta adhesiva.
- Comprobá si ambos faros tienen su zona de iluminación en la misma línea.
- Alejá el auto hacia atrás hasta una distancia aproximada de 10 metros con respecto a la pared. Desde ahí comprobá la regulación de las luces. Lo primero que debés analizar es que el centro del área iluminada no se haya desviado de la línea vertical de la marca de la pared. Mientras que en la horizontal debe haber descendido unos pocos centímetros (aproximadamente, unos 5 con respecto a la marca).
Si alguna de estas dos comprobaciones no se cumple así, debés regular los faros.
Batería
Su vida útil es de entre tres y cinco años, pero existen ciertos “síntomas” que te pueden advertir que ya es tiempo de reemplazarla. Algunos de ellos son: si se prende la luz testigo con el ícono de la batería, indicando inconvenientes en la recarga; si las luces del exterior e interior están tenues; si demora al arrancar; si al darle arranque el motor gira muy lentamente o no gira; o presenta algunos fallos eléctricos intermitentes, entre otros. Si tenés alguna duda de su estado, no esperes a que te sorprenda, andá a chequearla. Es un procedimiento muy sencillo que te lleva tan solo unos minutos!
Y ahora sí es momento de disfrutar el viaje, pero antes no te olvides de verificar que llevás los papeles y elementos obligatorios para circular:
Documentación
Licencia Nacional de Conducir vigente (en versión física), DNI, Cédula verde o azul vigente, comprobante de seguro (se acepta la versión digital o el PDF), oblea y comprobante de la VTV (Verificación Técnica Vehicular) o Revisión Técnica Obligatoria (RTO), en las provincias donde es obligatoria, y el comprobante del grabado de autopartes, en las provincias donde es obligatorio.
Mientras que los elementos que tenés que llevar son: las patentes (visibles y legibles), el matafuego (fijo dentro del habitáculo), las balizas portátiles, y si vas con niños o niñas de hasta 10 años, deben viajar atrás en la butaca infantil que le corresponda por su edad o peso.
Y por último, te recomendamos sumar el chaleco reflectivo, el crique, la llave de ajuste y el botiquín de primeros auxilios.
Ahora sí, tomá el volante, abrochate el cinturón de seguridad y empezá a disfrutar el viaje. ¡Feliz arranque!
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